El hígado es un órgano vital pues es responsable de muchas funciones como la producción de enzimas digestivas, proteínas, colesterol, glucosa y algunas otras sustancias. También responsable del metabolismo de los nutrientes absorbidos por los intestinos, así como de limpieza de toxinas.
Muchas de las enfermedades hepáticas tienen síntomas en común porque, a pesar de tener orígenes distintos, terminan dañando las mismas funciones del hígado.
El término "enfermedad hepática" se aplica a muchas enfermedades que impiden que el hígado funcione o evitan que trabaje bien. El dolor abdominal, el color amarillo de la piel o los ojos (ictericia) o los resultados anormales de las pruebas de la función hepática pueden sugerir que usted padece una enfermedad hepática.
Existen muchos tipos de enfermedades hepáticas:
Los síntomas de la enfermedad hepática pueden variar, pero a menudo incluyen hinchazón del abdomen y las piernas, tener moretones con facilidad, cambios en el color de las heces y la orina, y piel y ojos amarillentos o ictericia. A veces no hay síntomas. Las pruebas de imagen o de función hepática pueden comprobar si hay daño en el hígado o ayudar a diagnosticar enfermedades del hígado.
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